Maiko o geisha en Japón
¡Y aquí viene la gran sorpresa!
Me hace muchísima ilusión poder compartir por aquí, esta increíble experiencia que viví en nuestro viaje.
Maiko, aprendiz de geisha
Recuerdo que mientras montaba la ruta del viaje, mirando información sobre Kyoto, leí en un blog la experiencia de una chica y desde ese momento me puse como loca a mirar Estudios de Fotografía donde poder vivir esa experiencia.
Una vez cuadré los días y apunté todo lo que Kyoto ofrecía para ver, vi que no tenía esas horas en nuestra estancia en Kyoto y a mi pesar lo dejé olvidado…
Nuestro último día en Kyoto, después de ver el templo Sanjusagendo nos dirigimos hacia la zona del Kiyomizudera para recorrer las famosas calles Ninnenzaka y Sannenzaka.
Empezó a llover y así sin más, me vino a la cabeza lo de convertirse en maiko o geisha por unas horas…
Gracias al wifi pocket que llevábamos, pude mirar si había algún estudio por los alrededores y efectivamente así fue.
Entré y sin tener reserva, pregunté si era posible para ese día y en ese momento. La chica del mostrador me comunicó que sí, pero que tenía que esperar unos 10 minutos.
¿Qué más daba, si fuera llovía y esa zona ya la habíamos visto el día anterior?
Mi experiencia como Maiko por unas horas
Para mí ha sido el momento más especial en mi viaje a Japón y quiero contártelo de una manera especial.
Recuerdo que subí unas escaleras hasta el vestuario con una cestita en mis manos y una llave de taquilla para dejar mis cosas.
Recuerdo que me quité la ropa para ponerme una bata blanca que ellas me habían ofrecido para empezar mi transformación.
Una vez llegué a la sala de maquillaje, recuerdo que una chica me cogió y me dijo que su nombre era Issei y que sería ella la encargada de mi maquillaje.
Recuerdo que sus únicas palabras eran: Open your eyes, close your eyes… y de fondo una risita.
Recuerdo que su risa era porque veía mis ojos muy grandes, recuerdo que yo le sonreía.
Recuerdo que me señaló un pincel y una pasta blanca y me dijo: Very cold!
Y sí, recuerdo que el maquillaje de mi cara, pecho y parte de nuca estaba muy frío.
Recuerdo como pintaba con delicadeza mis labios y cejas de un rojo intenso.
Y recuerdo como me acompañó hasta la sala de peluquería, donde una señora me dijo “Konnichiwa” con una gran sonrisa en la cara.
Recuerdo que una vez me puso media peluca, pues yo elegí utilizar parte de mi pelo, añadió algunos “kanzashi”, adornos que llevan las maikos en la cabeza.
Directamente pasé a una sala donde recuerdo que miles de kimonos de seda de mil colores me esperaban para que eligiera mi preferido.
Recuerdo que dudé entre dos y que la señora que anteriormente no había parado de sonreírme, me señalaba cuál le gustaba más de esos dos que tenía en mis manos.
Recuerdo que en ese momento supe que mi kimono era especial…
De ahí, me acompañó a otra sala donde recuerdo otra sonrisa en la cara, esta vez muy dulce y juvenil.
Pues una chica de no mas de metro y medio me esperaba con los brazos abiertos y mil tiras en el cuello, sí, las tiras en el cuello las recuerdo perfectamente.
Recuerdo como la chica menuda me ponía capas y más capas y cintas con nudos, muchos nudos que hacían que cada vez me costara más respirar.
Recuerdo que acabó en 10 minutos aproximadamente en vestirme y que mi cuerpo no podía doblarse de ninguna manera.
Recuerdo que pensé, qué eficacia…
Y llegó el momento tan esperado, recuerdo que me miré al espejo y no me creía lo que estaba viendo.
Recuerdo que no me conocía y pensaba: ¡¡Soy yo!!
Recuerdo a una Maiko, una aprendiz de geisha…
Me bajaron al estudio para hacerme las fotos y una de las chicas me preguntó el nombre de mi pareja, recuerdo como lo llamaba en la sala de espera.
Sin duda, nunca olvidaré el momento cuando Rubén me vio por primera vez, recuerdo sus ojos, recuerdo como me miraba, recuerdo que sin decirme nada, me lo dijo todo… lo recordaré siempre.
Recuerdo como el fotografo me decía donde tenía que mirar y como debía de ponerme.
Llegó el momento de salir a la calle para poder hacerme yo mis fotos y recuerdo que Rubén estaba hasta nervioso.
Recuerdo que no me costó nada andar con las “okobo”, las sandalias de madera de las maikos.
Recuerdo que esos 15 minutos disfruté como nunca, recuerdo que Rubén no paraba de hacerme fotos y decirme que qué bonita estaba.
Recuerdo que me emocioné un poco… ¡¡lo recuerdo tanto!!
Recuerdo como me crucé a Issei y me acompañaba a la habitación donde me quitaron las mil capas y nudos que llevaba.
Y como seguidamente me acompañaba al vestuario para ayudarme a quitar el maquillaje, recuerdo sus gestos, su amabilidad y su sonrisa y recuerdo que le pedí que me escribiera en un papel su nombre.
Recuerdo como se despedía de mí…
En Japón podrás vivir miles de experiencias, pero hay una que no podrás olvidar jamás, vestirte de maiko o geisha.
Siempre recordaré ese momento, desde que entré y salí por aquella puerta, esas casi 4 horas que hicieron mi viaje más único y especial junto a Rubén.
Siempre recordaré que Issei significa… Una Vida
Dónde vestirse de Geisha o Maiko
Hay muchos estudios de fotografía en Kyoto donde poder vivir esta experiencia.
Yo, como te he comentado anteriormente, busqué alguno que estuviera cerca de dónde yo me encontraba en aquel mismo momento, pero hay muchísimos.
Solo es cuestión de investigar, comparar precios y mirar qué ofertas dispone cada uno.
Es aconsejable reservar hora, pues no creo que siempre tengan disponibilidad, lo mío fue suerte.
El estudio donde yo fui es el Maiko-Henshin, en este link puedes ver los paquetes y ofertas que tienen.
Se encuentra bajando las escaleras de la famosa calle Ninnenzaka, a mano derecha.
Yo elegí el paquete de maiko, pues a mi parecer es más bonito que el de geisha, con 15 minutos libres y 6 fotos de estudio fotográfico. Además, añadí que me las dieran en un book y en un CD aparte.
Cada cosa que vayas añadiendo subirá el precio, pero realmente merece la pena, pues es un recuerdo para toda la vida.
También, te dan la opción de si quieres peluca entera o añadir parte de tu pelo para que quede más natural.
Yo elegí la segunda opción, pues el precio no variaba mucho y la chica de recepción me la recomendó.
Para mi sorpresa, cuando me enseñaron los paquetes que había, me informaron que ese día tenían la oferta del 50% . Pues aprovechando el momento, cogí todo lo extra que había.
Había otro paquete que en vez de 15, eran 45 minutos, pero con el calor que hacia y la gente que había por esa zona, preferí el de menos duración.
De esta manera, mis 15 minutos libres los pude aprovechar en una calle estrecha que daba a la parte de atrás del estudio y que no había absolutamente nadie.
¡Pude posar de todas las maneras!
Y dirás… ¿pero y las fotos del estudio? Calma!! Calma!!
Primero quiero contarte algunas de las diferencias entre las maikos y geishas, así luego podrás fijarte en todos los detalles.
Diferencias entre Maiko y Geisha
Maiko es una aprendiz de geisha, y su aprendizaje puede ser de hasta 5 años.
Las maikos se distinguen fácilmente, ya que su forma de vestir es increíblemente llamativa, no tiene nada que ver con las geishas que visten con colores mucho más neutrales.
El kimono también es una pieza muy destacable en las maikos pues a parte de los colores, sus mangas son mucho más largas.
La parte de atrás, se le llama obi y en las maikos suele ser muy largo, a veces incluso, puede llegar a rozar el suelo, en las geishas suele ser corto.
Es por ello por lo que las maikos llevan los famosos zapatos llamados Okobo, con una altura de unos 10 cm aproximadamente. Los de las geishas se le llaman geta, también son de madera pero mucha menos altura.
La forma que tienen al andar con esos zapatos, los japoneses la consideran extremadamente sensual.
Algo destacable para diferenciarlas es también en el peinado y sus adornos.
Los adornos que llevan en el pelo las maikos son muy abundantes y coloridos.
Cabe destacar el bira Kanzashi que tintinea cuando camina y luego el hana Kanzashi que marca la estación del año con el color y la forma de la flor.
Pues hasta aquí las diferencias que creo que son más destacables entre maikos y geishas.
Espero que te gusten las fotos tanto como a mí, y que si viajas al país nipón y tienes la oportunidad de vivir esta experiencia, no te lo pienses, pues…
SIEMPRE LO RECORDARÁS
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Esperamos que te sirva de ayuda este post y vivas una de las mejores experiencias en Japón.
Maria dice
Una fotos preciosas! Esta es una de las cosas que quiero hacer cuando vuelva a Japón. Debe ser toda una experiencia!!! Ya tomo nota del estudio donde fuiste 😉🎎
Jeny Romera dice
Muchísimas gracias!!! La verdad que fue una experiencia muy bonita y muy especial, así que, tienes que hacerlo cuando vuelvas a Japón!! Saludos!!
DoubleM Travelers dice
No tenía ni idea de que pudiera existir eso de poder vestirte de Geisha y en un estudio fotográfico. Qué pasada!
Jeny Romera dice
Hola!! Yo hasta que no empecé a montar el viaje a Japón tampoco tenía ni idea, así que, a la que lo supe y sabía que iba a ir no me lo pensé!! Es una experiencia súper bonita!! 100% recomendable!! Un saludo!!